MAGIA DE LA NAVIDAD EN LOS MERCADILLOS DE EUROPA

Descubre la magia de la Navidad en las 10 ciudades que viven estas fechas con más intensidad. Es tiempo de luces, dulces y decoraciones.

Viena, Austria

Viena es la capital europea por excelencia de los mercados de Navidad. En cuanto se acercan las fiestas casi todas las plazas de la ciudad se llenan de casetas de madera en las que se vende desde artesanía local hasta objetos decorativos navideños de lo más variado. La cantidad de luces y esfuerzo que invierten los vieneses en sus mercados de Navidad es increíble y el resultado es espectacular. Tan sólo tienes que dejarte caer por el que ponen cada año frente al Palacio de Schonbrunn o al típico de delante del Ayuntamiento. Si quieres un ambiente algo más relajado pasa por el barrio de Spittelberg o por el mercado de Navidad en Karlsplatz. Toda Austria se vuelca en la Navidad, así que si no encuentras vuelos a Viena inténtalo con Salzburgo o Innsbruck.
Núremberg, Alemania
Resultado de imagen de MERCADILLOS NAVIDEÑOS EN EUROPAAlemania es la cuna de los mercados de Navidad (o Christkindlesmarkt, en alemán) pero la pintoresca ciudad Núremberg se lleva la palma. Su mercadillo lleva organizándose desde hace más de 4 siglos y está profundamente arraigado. Si te apetece vivir la Navidad de forma intensa acércate y pasea por sus preciosas calles peatonales con aires medievales. La decoración te dejará con la boca abierta… ideal para que, ya que estás, cates algunas de las especialidades locales como las almendras tostadas, las típicas Lebkuchen (una especie de galletas con especias y miel muy decoradas que verás por todas partes) y el Glüwein, el vino caliente especiado. Así cualquiera entra en calor.
Tallin, Estonia
Resultado de imagen de MERCADILLOS NAVIDEÑOS EN EUROPAEl entorno medieval del corazón de Tallin se transforma en cuanto la Navidad empieza a asomar la cabeza. El frío y la nieve no son ningún impedimento para disfrutar de uno de los mejores mercados de Navidad de Europa. Tan sólo en la plaza del Ayuntamiento se juntan más de 50 puestos, rodeando al enorme abeto iluminado. Si tienes que hacer algún regalo por estas fechas, encontrarás de todo, pero la artesanía de cristal es tan bonita que no podrás resistirte. Y si tienes hambre no sufras, los estonios saben cómo cuidarse y podrás elegir entre sopas calientes, salchichas, chucrut y muchas más delicias. Todo regado, por supuesto, con vino caliente. Créenos, con el frío que hace tu cuerpo lo agradecerá.
Praga, República Checa
Resultado de imagen de MERCADILLOS NAVIDEÑOS EN EUROPAEl mercado de Navidad de Praga es el más grande de la República Checa y posiblemente el más bonito también. Por poco que hayas visto de su espectacular centro histórico, es fácil entender el porqué de sus atractivos. La ciudad se viste de gala, luz y color esos días y si paseas por la Plaza de la Ciudad Vieja, la plaza Wenceslao y la de la República las tradiciones, la atmósfera brillante y los aromas te seducirán. Si estás allí el 29 de noviembre no te pierdas el encendido del Árbol de Navidad.
Estrasburgo, Francia
Casi rozando la frontera alemana, la ciudad de Estrasburgo vive las semanas previas a la Navidad con tanta intensidad como sus vecinos germanos. Desde 1570 se celebra aquí el mercado de Navidad más antiguo de Francia, el famoso “Christkindelsmarik” de la plaza Broglie. Alsacia es una región preciosa, pero todavía más si la vez bajo las luces y decoraciones típicas del invierno. Aprovecha para compra artesanía, probar la confitería local y pasear cuando cae la noche y todo se llena de magia.
Copenhague, Dinamarca
La Navidad danesa es mucho más caliente de lo que crees. Quizás haga frío y se haga de noche antes de lo que querrías, pero la ilusión por estas fiestas lo embarga todo. Esta época de tradiciones antiguas es un momento ideal para visitar Copenhague y dejarte llevar por sus calles y eventos. Además de comer y beber bien son frecuentes los conciertos de música en iglesias, ideales por si quieres entrar en calor después de visitar alguno de los estupendos mercadillos de Navidad que se reparten por toda la ciudad. Eso sí, si quieres ver algo único no te pierdas el que ponen en Tivoli Gardens.
Budapest, Hungría
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Una de las mejores cosas de la Navidad en Hungría son sus mercados navideños. Su encanto es único e indescriptible. Así que puestos a ver uno, acércate a cualquiera de los que se organizan en Budapest. La capital húngara es una ciudad preciosa, pero iluminada por la magia de la Navidad todavía lo es más. El más grade es el que se monta en Vorosmarty tér, junto a Vaci utca, la calle comercial más importante. Sus paraditas son una verdadera tentación, aunque si quieres algo auténtico híncale el diente a cualquiera de las delicias gastronómicas que sirven.
Estocolmo, Suecia
Pasea por las calles adoquinadas y angostas de Gamla Stan, con la nieve bajo tus pies y el frío en las mejillas mientras te dejas guiar por las luces de las decoraciones navideñas. Vayas donde vayas, seguro que acabas en alguna plaza con un Mercado de Navidad muy pintoresco, con el aroma de las castañas asadas flotando en el ambiente. Si quieres ver uno de los más conocidos ve al de Skansen que, más que un mercado, es una especie de museo al aire libre donde podrás ver a los artesanos en acción.
Zúrich, Suiza
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Zúrich cambia su faceta de ciudad de negocios en cuanto se huele la Navidad. Entonces la ciudad del Limmat se vuelve un lugar romántico como pocos y lleno de encanto gracias a los mercadillos de artesanía y las luces que lo iluminan todo cálidamente. El más grande, mejor surtido y más espectacular es el Mercadillo de Navidad de la estación central, que tiene más de 160 casetas decoradas. Mientras que el más antiguo y tradicional es el que esen el corazón de la ciudad. Por otra parte, en la plaza Werdmuhleplatz instalan el famoso “Singing Christmas Tree” alrededor del que varios coros le ponen música a la Navidad.
Resultado de imagen de MERCADILLOS NAVIDEÑOS EN BRUSELA
Los Mercados de Navidad son uno de los placeres de invierno de Bélgica y, en particular, de su capital. Bruselas se vuelca en la organización y celebración de las fiestas con el mismo fasto que los países del centro de Europa. El mercadillo de Navidad de la capital belga tiene 2 kilómetros (¡ahí es nada!), un árbol gigantesco decora la Grand Place, se pude subir a una noria enorme para disfrutar de las vistas de la ciudad… Y si eres una persona activa, podrás demostrar lo bien que patinas en su pista de patinaje sobre hielo.