A lo largo
de toda su extensa historia, Toledo ha sido conocida siempre por ser la Ciudad
de la Tolerancia o la Ciudad de las Tres Culturas, con la convivencia de
judíos, musulmanes y cristianos. La ciudad
nunca estuvo dividida de una manera clara por barrios de cada una de las
religiones, pero sí existen zonas de una mayor influencia de cada una de ellas.
Toledo
cristiano
Toledo fue
cristiana desde el siglo IV, siendo parte del imperio de Roma, lo fue durante
el reino visigodo (pugnando con la doctrina arriana) y pasó los siglos de
convivencia entre las tres religiones, la musulmana, la judía y la católica,
hasta la llegada de la Reconquista. En el siglo
XVII la entonces "ciudad convento" contaba con casi setenta edificios
de usos eclesiásticos o afines como colegios, hospicios, hospitalitos,
capillas. Las iglesias
de fundación más antigua como Santa Justa y Rufina, fueron remodeladas varias
veces, según las necesidades y gustos de sus protectores. Después de las
desamortizaciones decimonónicas, muchos de estos edificios pasaron a tener usos
civiles, privados o administrativos.
Toledo árabe
La
estructura urbana de Toledo es árabe, con sus calles estrechas y sinuosas, sus
casas cuyos tejados casi se tocan, pero las ventanas nunca se miran de frente.
Edificios que encierran a la vista pública sus joyas más preciadas, los patios
llenos de verdor, azulejos y fuentes de agua. De la docena de mezquitas que
existieron quedan dos, la del Cristo de la Luz, del año 999 y la de Tornerías,
algo posterior. La mezquita
mayor estaba en el emplazamiento actual de la catedral, pero parece ser que no
fue un edificio notable, sólo espacioso para poder acoger a todos los
habitantes varones de la ciudad. La zona de el Alcázar y el actual Museo de
Santa Cruz con su zona adyacente hasta el Puente de Alcántara, tenía muralla
propia que separaba la alcazaba, su guarnición y los palacios, del resto de la
ciudad. Los barrios
del sur, colindantes con el río, estaban ocupados por las tenerías, tintorerías
y otras instalaciones relacionadas con el agua. Se supone que allí construyó su
legendario reloj y calendario acuático el gran astrónomo Azarquiel. Las puertas
de Alfonso VI o Bisagra Vieja, la del Vado y la de Alcántara y de Doce Cantos
tienen estructuras árabes. La noria en la orilla del Tajo, en el parque Safont,
es herencia de las técnicas de regadío musulmanas. Pero sobre todo, la herencia
más patente y omnipresente es la estética mudéjar en la arquitectura y
decoración con el uso del ladrillo, la mampostería, los variados arcos
entrelazados, las techumbres de madera y las ricas yeserías, utilizadas durante
siglos en todo tipo de edificios, incluida la catedral.
Toledo judío
Las dos
únicas sinagogas que permanecen en pie actualmente inducen a llamar el barrio
donde se encuentran, la Judería, donde se supone hubo mayor concentración de la
población hebrea, aunque en realidad en la ciudad llegó a haber un total de
diez sinagogas repartidas por todo su emplazamiento. Su límite
sería la desaparecida parroquia de San Martín en las proximidades de la Puerta
del Cambrón y los restos de construcciones defensivas por encima del Puente de
San Martín, llamadas tradicionalmente el Castillo de los Judíos, siguiendo la
línea ascendente casi recta de la calle del Ángel. Aquí podemos encontrar la
Puerta del Judío del siglo XII al inicio de la cual existen casas con restos de
las mikve, baños rituales, en sus sótanos. También la zona de la calle de
Comercio y el solar ocupado desde el siglo XIV por el claustro catedralicio era
conocida como la Judería o Alcanáa. El comercio
era una de las actividades principales de los judíos, que vivían encima de sus
tiendas y talleres. No se puede descartar que no hubiera judíos en la calle de
la Plata, pues eran reconocidos plateros, o en cualquier otra parte de la
ciudad.
CATEDRAL DE TOLEDO Pincha