NUESTRA REDACCIÓN DEL MES: PARTO EN LA IGLESIA

Iniciamos una nueva sección titulada: La redacción del mes.

Los requisitos son una cara de un folio y realizada por alumnos de ESO o Bachillerato. Os animamos a entregarlas a vuestros profesores para su valoración y publicación.

Este mes: PARTO EN LA IGLESIA de Miguel Calle, 1º ESO

En la iglesia, la voz del sacerdote se oía clara y firme, anteponiéndose a la música que el órgano emitía.
Ya bendecía el pan y el vino, cuando una señora empezó a gritar de dolor en medio de la ceremonia.
Era mi bisabuela.
En unos instantes cayó rendida al suelo retorciéndose de dolor y llorando.
-¡Rápido! ¡Un médico!- gritaba mi bisabuelo José.
Todos los presentes se habían quedado paralizados y boquiabiertos ante tal extraño e inoportuno suceso. Una monja que había acudido a la ciudad a comprar al mercado y se había quedado a oír misa, corrió al lado de mi bisabuela Purificación.
-Señora,- le susurró - no soy médico ni enfermera, pero mi madre fue parturienta y aunque no la veo desde muy niña, algo podré hacer.
Acto seguido llevaron a Purificación a una sala contigua. Extendieron unos trapos y unas mantas en el suelo, tumbaron a la embarazada sobre ellos, y junto a otras dos mujeres que habían decidido ayudar, se dispusieron entorno a esta.
Purificación dio a luz a un niño en una mar de lágrimas con  mucho esfuerzo. Casi se podría vulgarmente decir que dio a luz a base de sangre, sudor y lágrimas.
Después del parto, la monja anunció que era varón y se lo entregó a la madre. Su marido se acercó por detrás para recibir junto a Purificación a su hijo.
A mi bisabuela se le esfumaron entonces todos los dolores y molestias que aún conservaba tras el parto. Tan solo mirando esa dulce carita quedó aliviada. Se sentía la mujer más afortunada del mundo. Valía la pena sufrir un millón de latigazos por una criatura así, tan inocente, un angelito como aquel.
Cuando Purificación se calmó, los asistentes a la misa se acercaron a observar al bebé y a dar la enhorabuena a su madre.
Luego ese niño llegó a ser una persona devota y formó una gran familia.

Tal vez el lugar donde naces sí tiene algo que ver por muy poquito que sea con la forma de ser y el carácter de cada uno de nosotros.