LUGARES MÍTICOS EN RELIGIÓN

CIELO
Conocido en latín como Caeli, es un concepto presente en muchas religiones y filosofías espirituales. También definido en religión como lugar de morada de los dioses, Ángeles y almas humanas. Generalmente, se cree que la relación entre este concepto y la esfera celeste fue propuesta por primera vez por los antiguos astrónomos-sacerdotes. El concepto de Cielo fue supuestamente importado al judaísmo desde el zoroastrismo.Los conversos judíos a este concepto de Cielo e infierno incluían el grupo conocido como los fariseos. Los dogmáticamente conservadores saduceos mantuvieron su creencia en el Sheol. Aunque eran saduceos quienes representaban la mayoría religiosa judía, fueron los fariseos quienes mejor soportaron la ocupación romana, y su creencia en el Cielo y el infierno zoroastrianos fue transmitida al cristianismo y al islam (donde el Cielo es llamado Janah).En el cristianismo, el Cielo es un retorno al estado de la humanidad anterior a la caída, un segundo y renovado Jardín del Edén en el que la humanidad se reúne con Dios en un perfecto y natural estado de existencia eterna. Los cristianos creen que esta reunión se logra mediante la obra redentora de Jesucristo de morir en la cruz por los pecados de la humanidad.

INFIERNO
Según muchas religiones, el infierno (del latín inférnum o ínferus: ‘inferior, subterráneo’) es el lugar donde, después de la muerte, son torturadas eternamente las almas de los pecadores. Es equivalente al Gehena del judaísmo, al Tártaro de la mitología griega y al Inframundo de las religiones paganas. En la teología católica, el infierno es una de las cuatro postrimerías del hombre. No se le considera un lugar, sino un estado de sufrimiento. Algunas teologías del infierno ofrecen detalles gráficos y siniestros (por ejemplo, el Naraka del budismo, uno de los seis reinos del samsara). Las religiones con una historia divina lineal a menudo conciben el infierno como infinito (por ejemplo, las creencias del cristianismo), en cambio las religiones con una historia cíclica suelen mostrar el infierno como un período intermediario entre la reencarnación (por ejemplo, el Diyu, reino de los muertos de la mitología china). El infierno es usualmente imaginado como poblado por demonios, quienes atormentan a los condenados. Muchos son gobernados por un rey de la muerte: Nergal (dios sumerio-babilonio, señor de los muertos), Iama (dios benigno en el hinduismo) o Satanás (entidad que representa la encarnación suprema del Mal).Otras concepciones del infierno suelen definirlo abstractamente, como un estado de pérdida más que una tortura en un lago de fuego literalmente bajo la tierra. También hay quien entiende que los muertos no están conscientes y el infierno no puede ser un lugar abrasador de tormento donde las personas malvadas sufran después de la muerte.

EDÉN
Palabra de origen hebreo. Es, según el relato bíblico del libro del Génesis, el lugar donde habría puesto Dios al hombre después de haberlo creado a partir del polvo de la tierra.La palabra suele ser utilizada como sinónimo de Paraíso. Sin embargo, la palabra «Paraíso» originalmente se refiere a un bello jardín extenso; mientras que «Edén» es una palabra de origén acadio (un pueblo de estirpe semita), cuyo significado se refiere a un lugar que es puro y natural. Así, Edén se refiere más bien a una región geográfica, mientras que el Paraíso se refiere a un lugar más específico (un huerto o jardín situado en la parte oriental de dicha región).En la Biblia se indica que el Edén es un huerto o jardín que habría existido (al oriente), indicando su existencia en una región que se hallaría en el Cercano Oriente. Igualmente se dice que de él salía un río que se dividía en cuatro, llamados: río Pisón, que se dice, rodeó toda la tierra de Havila; el río Gihón, que habría rodeado toda la tierra de Cus (Etiopía); el río Hidekel (río Tigris); que iría al oriente de Asiria; y el río Éufrates.

LIMBO
La palabra tiene numerosas acepciones, más o menos relacionadas con su significado primario, que es borde de un vestido.Una de las más conocidas es: mundo entre los vivos y los muertos. En el vocabulario de la escatología cristiana, el limbo se refiere a dos «infiernos», en el sentido de regiones periféricas del infierno: el lugar, llamado limbo de los patriarcas, donde habrían residido las almas de los justos anteriores a la redención en la cruz hasta que fueron rescatados por Jesús tras su muerte; un estado, después de la muerte, o un lugar, en los bordes del infierno, a donde irían los que, no habiendo cometido ningún pecado por sí mismos, cargan con la culpa del pecado original. Se llama tradicionalmente limbo de los niños.

PURGATORIO
En la teología católica y la copta, es un estado transitorio de purificación y expiación donde, después de la muerte, las personas que han muerto sin pecado mortal pero que han cometido pecados leves no perdonados o graves ya perdonados en vida pero sin satisfacción penitencial de parte del creyente, tienen que purificarse de esas manchas a causa de la pena temporal contraída para poder acceder a la visión beatífica de Dios. Debido a que todo aquel que entra en el Purgatorio terminará entrando al Cielo tarde o temprano, el purgatorio no es una forma de infierno. La Iglesia Ortodoxa no acepta la existencia del purgatorio. La Iglesia Copta, en cambio, acepta la existencia del purgatorio. La única diferencia es que usa otra palabra para denominar esta realidad espiritual. Lutero, fundador del Protestantismo, describe el purgatorio como una invención humana que confunde al hombre y le hace creer que hay perdón después de la muerte por medio de la compra de indulgencias y otros mecanismos.En el Islam existen conceptos similares o compatibles con el catolicismo, como el Barzaj, el lugar, período o secuencia de trámites por los que el alma espera el Juicio Final, en lo que Mahoma describe como «las peores horas de la vida de un hombre». Otro lugar que responde al mismo concepto es el Hamistagan o Hamestagan del zoroastrismo, donde las almas de los que presentan un balance equilibrado entre sus buenas y sus malas obras, reciben la oportunidad que necesitan para ganar un sitio en el cielo.