SANTIAGO Y VIRGEN DE SANTA MARIA DE GUADALUPE


Santiago de Zebedeo, conocido como Santiago el Mayor, es el patrón de numerosos pueblos y ciudades en todo el mundo, pero ante todo es popular por ser el patrón de Galicia y de España. Según distintas tradiciones orales, Santiago –uno de los apóstoles de Jesucristo–desembarcó en la Bética Romana, siguió caminando por la vía romana que unía la Itálica con Mérida, continuó hacia Coimbra y Braga y terminó en Iria-Flavia, Padrón, en Galicia. Tras un largo periplo por la Península Ibérica, Santiago regresó a Jerusalén y en el año 44 fue decapitado con una espada. No obstante, sus discípulos recogieron su cadáver y lo embarcaron con dirección a la Hispania Romana. Con todo, el relato quedó enraizado en la tradición ibérica y en el año 1630, siendo dicho monarca Felipe IV, el papa Urbano VIII decretó oficialmente que el Apóstol Santiago, el Mayor, fuera considerado solo y único Patrón de la Nación Española. «Dios hizo a Santiago, Patrón de España, que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada», afirmó en una ocasión Francisco de Quevedo.

En la tradición militar de España, el grito de guerra «¡Santiago y cierra España!» ha sido utilizado por los soldados desde la Reconquista hasta la época moderna antes de cada carga en ofensiva. El significado de la frase es, por una parte, invocar al apóstol Santiago, que según la leyenda se apareció durante la Batalla de Clavijo para combatir junto a los cristianos, y por otro, la orden militar cierra, que en términos militares significa trabar combate, embestir o acometer.

Pero, ¿por qué coincide con la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza y de la Guardia Civil? Se trata de una mera coincidencia, puesto que la virgen que ostenta el título de Reina de la Hispanidad es Santa María de Guadalupe de Extremadura, cuya festividad se celebra el 8 de septiembre. Así, el 12 de octubre de 1928, el cardenal Primado de España, Pedro Segura, como legado del Papa Pío XI, y en presencia del Rey Alfonso XIII, coronó canónicamente a Santa María de Guadalupe como «Hispaniarum Regina» o Reina de las Españas. La íntima vinculación del santuario de Guadalupe, tanto con el descubrimiento de América como con su colonización y evangelización, está documentada, siendo así una de las causas invocadas por la Unesco el 11 de septiembre de 1993, cuando declaró a Guadalupe Patrimonio de la Humanidad. «Porque la famosa imagen de la Virgen de Guadalupe ha sido el símbolo más representativo de la cristianización de una gran parte del Nuevo Mundo», argumentó la Unesco.